28 marzo, 2011

Síntomas de inconsciencia (VI)

...o de cómo mi vecina de dos años, probablemente enferma,
exterioriza sus pasiones con un llanto cargado de decibelios
contraproducentes para mi objetivo siestero...


LISTADO DE PREFERENCIAS PARA UN BUEN DÍA
(por si algún-a geni@ de la lámpara decidiera sorprenderme con un buen regalo...)


1. Despertar:
O no.
Y si tiene que ser sí, antes que un despertador, el sonido del broche de un sujetador.


2. La ducha:
Antes acompañada y a la aventura, que revivir Scotland Yard y enjabonar un solitario con bruma.

3. ¿Currar?

Mejor una mañana tirado en el sofá (y, si vienes, mejor que si no estás).


4. El menú de la comida:
Un caballito de tequila reposado en lugar de martinis italianos, para abrir boca y espacios;
de entrante, un bodegón de frutas con contrastes,
carne cruda sin aderezos y/o carne desnuda con excesos, antes que caviar deconstruido o una merluza de pienso;
mejor que tocino de suero, bocaditos de gata, después;
y, para cerrar, un brindis con Johnny, cigarro y Juvé (pacharán, puro y Freixenet suena más mohíno...).


5. La siesta:
Como la ducha, mejor acompañada que desierta.
Y, de no dormir, prefiero que sea por culpa del calor (del tuyo al mío -o a la inversa- por pura inducción), antes que castigando la almohada con un duro proceso de digestión.


6. Desconexión:
Pesadillas con final feliz, antes que sueños de regaliz.
Y un, "no estás, pero te busco", seguido de un "no estoy, pero me encuentras", antes que un vendedor de no-lo-necesitas en la puerta, o una vecina bebé en plena época de berrea.


7. Merienda:
Zumo de saliva y un poquito de piel para untar, en lugar de pan bimbo con nocilla o mortadela del Ahorramás.


8. Plan de tarde:
Se ha hecho tarde. Habrá que volver a merendar...


9. Cena:
Se me ha pasado el hambre... ¿abrimos boca en el sofá? Cigarro picadito de felicidad, un mordisco y un tequililla para no embromar.
Y si nos ponemos serios, por aquello de aguantar, prefiero cena liguera y desligarte, que una de esas ensaladitas ligeras sin vinagre.


10. Un local:
El que guste mi acompañante (mejor si dejan fumar), pero con poco hielo y duro al paladar;
con entradas de emergencia mejor que con salidas por inercia;
suspiros al oído, antes que músicas del olvido;
una barra llena de deseos, en lugar de mármol viejo;
y una de baño limpio, donde poder ensuciarnos los dos.


11. Taxi de regreso (doy positivo de ti si pillo el coche y no queremos comérsela a los agentes del desorden):
El taxista habla de mundos posibles, antes que del derbi de la jornada;
yo me paso el viaje en tus ingles, y tú le indicas por dónde llegar con las mejillas coloradas;
la carrera sale gratis y dejamos de propina un cuarteto y media china.

12. El pasillo:

Demasiado largo para no dejar un rastro de arañazos, camisetas y zapatos.


13. La luna:
En el centro de tu vientre, movilizando mareas hasta el número 14.


14. ¿Despertar?
O no.
Y si tiene que ser sí, pongamos aquí, un "volver a empezar".


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