04 marzo, 2011

Síntomas de inconsciencia (I)

No me da miedo un grupo de payasos jugándose el sueldo en una partida de poker, consumiendo todos cigarro tras cigarro y armados bajo los bombachos, junto a uno de los cortavientos de la carpa de un circo, de madrugada.

No tiemblo delante de una leona hambrienta a la que un león cualquiera despecha, después de matar a sus crías y haberle consumido la esperanza toda.

No, no me escondo cuando arrecia la tormenta, ni grito para callar el clangor de los siete ángeles, ni tuerzo la cara cuando preparas tu mordisco...



...solo hay una cosa que no puedo resistir: se me cae el color, me vuelvo diminuto, me repliego inconscientemente en posición fetal y sollozo sin solución de continuidad ante el sonido vacío y mecánico de las teclas de la calculadora de un actuario:

Temo las matemáticas de este mundo...

...perdona, pues, si no despierto.

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