28 julio, 2011

Síntomas de inconsciencia (XX)




Vocación barranco, decía. Y sucede que hay mudanza en la casa, y que mira cada libro antes de guardarlo en cajas y que se encuentra con dos arranques de Marías ("No debería uno contar nunca nada, ni dar datos ni aportar historias ni hacer que la gente recuerde..." -Tu rostro mañana-, "...se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados" -Corazón tan blanco-). Un tequila y la curiosidad lleva a un videoclip de Sigur Ros, unos islandenses con letras en su propia lengua (vonlenska). El videoclip se llama Glosoli ("sol resplandeciente") y, cuando comienza a sonar en el salón, sucede que hay mudanza en la casa, y que sigue con el dedo una línea entre páginas y que se encuentra con una frase de Humbert en Lolita, "Y al fin me encontré en medio de la llovizna del día moribundo, con los limpiaparabrisas en pleno funcionamiento, pero incapaces de detener mis lágrimas". Se le antoja tóntamente un helado de vainilla en la noche más fresca del verano y alimenta el capricho de acabar jubilado viviendo en un barco. El tequila ralentiza la frase y la curiosidad ralentiza la mudanza. Algunas noches sale todo y otras noches no sale nada. No ha llenado más que una caja. Y suenan en bucle los sigur ros. Y, en una de ellas, justo cuando los niños saltan por el acantilado, sucede que acaba por hoy la mudanza en la casa, y que un buen comic destaca por altura en la montaña y que en él lee como el Peter Pan de Losail le dice a Campanilla "No quiero nada que me una a este mundo. Les dejo con sus historias. Yo lo olvidaré todo, Campanilla, lo olvidaré todo. Sí... ¡todo! ¡Menos quién soy! Seré Peter Pan para siempre, un niño eterno... mira, Campanilla mía, ya sea lo bueno o lo malo, todo acaba desapareciendo... solo los sueños perduran. Vámonos de aquí. Mi destino está en otra parte". El traslado de la estantería puede llevar su tiempo. Ése es despierto.

1 comentario:

Igor dijo...

Qué bueno hacer mudanzas si se recuerdan los fragmentos como los que citas.
Ah, corazón tan blanco. Todo desaparece... Casi. En la Edad Media hacían catedrales, no sé si las palabras se pueden comprar. Pero bellas son, y nos acompañan.
Saludos.