11 julio, 2011

Álbum de fotos (1)



Bienvenido. Esto es lo que se ve según se accede a la que ha sido mi casa en los últimos 4 años.

**AVISO. En los próximos días me toca mudanza y estos mismos días aparecen como transición hacia una cueva nueva , hacia un entorno distinto al que se acomodarán las horas que lleguen, un desplazamiento, al final, para no volver a ser lo mismo, en el eje del espacio que sitúa al dormido en el mismo colchón, pero entre nuevas paredes. Cierra su página hoy Javier Marías en EPS con esta frase: "Porque a todo tiene uno que acostumbrarse, hasta a lo que sale de su imaginación." Conclusión, en los próximos días colgaré fotografías y glosas como álbum de recuerdos. Etiqueta polaroid. ABSTÉNGASE. Son para mí. Es una cuestión de verbalización y proyección mnemotécnica (sí, un esperpento de egolatría), una glosa personal para no olvidar quién era.**

La puerta de casa tiene el giro clásico a diestras. Hubo una humedad en algún momento y el suelo está un pelín levantado, así que la puerta se bloquea lévemente, dando la sensación de que pesa de más. Según se abre el portón, lo primero que va dejando la tabla ver es la pared izquierda de la entrada (no da para llamarse vestíbulo, ni me sabe a la palabra 'hall'). Unos trazos rosas, blancos, y azules perfilan el retrato estereotipado de un indígena del amazonas peruano que me pilló de frente y, por primera vez en la vida, provocó una sensación de 'necesidad-de-propiedad-artística' bestial. Quería que me mirara a mí. Sin más explicación. Sobre él hay una fotografía, moneada con acuarelas, del skyline de Montreal. Me enseñó aquella ciudad una heroína. Al lado... demasiado exhibicionismo gratuito. Me está sabiendo mal. La foto de Fi, el Chow en Casa Pueblo, el DF, madera, tela, Halloween y una cantina en una fiesta después de una feria de artesanía en Huatusco o en Boca del Río. De un lado, a la vida despierto, y del otro, a la vida dormido.


No hay comentarios: