Estos continuos vectores intertextuales que relacionan contenidos y referencias, no hacen sino generar un espacio abierto, lleno de ruido constructivo y destructivo, donde emergen significados dispares para potenciales lecturas pertinentes o aberrantes. Proyecto Nocilla sería entonces, desde esta perspectiva, una imbricación de remakes o already-mades (como propone felizmente Abigail Solomon-Godeau en referencia al uso de la parodia postmoderna [ctd. en Hutcheon, 1993, p.187*]), que se relacionan de forma crítica, burlona o deferente con los originales, para proponer nuevos sentidos que nazcan de aquel vínculo sinergético entre causas disímiles. Proyecto Nocilla, como ya se ha dicho, avanza en su mismo proceso de construcción y en ese devenir invita a revelar significados entre las partes y en la relación de éstas con sus hipotextos y textos aludidos para, al mismo tiempo, rebelarse contra una visión modelada, lineal y lógico-causal de la realidad, en beneficio de una interpretación caótica potencialmente creadora de orden.
Ahora bien, esa confianza en la generación espontánea o mediada de significado se rebela igualmente contra el descreimiento absoluto del postmodernismo más radical para, en consonancia con el neopragmatismo filosófico, encontrar la justificación del sentido en la interrelación consensuada de subjetividades y la construcción posible de una identidad siempre en movimiento. No se puede hablar de una propuesta ontológica de lo ordenado, sino, al modo de Prigogine, de una forma de representar el orden como estados entre el equilibrio y el desequilibrio, que encuentran su sentido en un contexto y un momento particular, sujetos a una deriva constante de readaptación irreversible, o, en el caso exclusivo del texto, a accesos y vínculos semánticos alternativos, quitándose de encima toda importancia a través de lo serio-paródico: Partiendo de la parodia postmoderna en la que "la vida que retrata ha perdido toda su dimensión autónoma y se convierte en subordinada al arte, al signo" (Pozuelo Yvanos, parr. 12**), Proyecto Nocilla y su propuesta laberíntica de remakes termina volviéndose sobre la esencia misma de la parodia para subrayar la propia artificialidad de su naturaleza, su ser signo y "no vida auténtica": Se ríe de sí misma para instalarse en el mismo espacio que sus hipotextos, se sabe artefacto y, al fin, renuncia a cualquier metafísica más allá de la pastosidad de la crema de cacao de Nutrexpa porque, como escribe el narrador en el epílogo de Nocilla Experience (p. 377), "no es que la teoría y la vida estén mal, es que no tienen nada que ver".
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* HUTCHEON, L. "La política de la parodia postmoderna". Artículo. Trad. Desiderio Navarro. La habana. Criterios, edición especial de homenaje a Bajtin. jul. 1993: pp.187-203. Web http://www.criterios.es/pdf/hutcheonpolitica.pdf
** POZUELO YVANCOS, J.M. "Parodiar rev(b)elar". Artículo. Biblioteca virtual Miguel de Cervantes. Alivante. 2007. Web.
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...no es que la teoría y la vida estén mal, es que no tienen nada que ver.
Y ambas divierten y reparten hostias a partes iguales: ¡a jugar!
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