28 marzo, 2013

Quevedeando

A una señá matriarca

Éranse dos mamas descomunales,
éranse dos globos estratosféricos,
cabezudos de puro magro ibérico
capaces de saciar a mil mortales.

Era una mujer toda pectorales,
la hipérbole misma de lo hemisférico,
Venus rolliza de senos quiméricos,
era dos Caballés monumentales.

Érase una ladeada cordillera,
tetón de volúmenes inmorales,
la madre de todas las tetas era.

Cúpulas carnosas de Tajmajales,
éranse una oda a la Abrevadera
y un homenaje a las Gayas rurales.



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