(Ejercicio de exhibicionismo a modo de prólogo para que nadie se lleve a engaño)
(Silencio)
 (...) ¡Chaaaas! (llanto histérico). Ba, ba, ba, ba... ¿poqué?, 
¿¿poqué??, ¿¿¿poqué??? Ah... Palotes y 3x3. 9, ya lo sé. Hora de ir a 
dormir. Vacaciones en la playa, velas en enero y cereales hasta que 
pueda tomar Nescafé. El niño no nos va a crecer. Pegotito de nariz. One,
 two, three y un ai, bi, si, di, i, ef, lli... Complemento Directo. 
Islandia, capital Reykjavik. Una bici de marchas y la lista de afluentes
 del Guadalquivir. ¿Ciencias o letras? Intercambio de saliva a litros y 
litros de Cacique-Cola a las 10 en casa y párate un momento que tienes 
que disimular. Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pero 
Carlota se quedará con aquel y la bala de Werther ya tiene destinatario 
antes de que llegue a su pupitre la notita que la puta profesora ha 
interceptado. Tabaco y juego de muñecas antes de dormir. Unas botas 
techno-ska. No, yo soy más de Extremo y de Sylvia Plath. La barba y la 
cuchilla. Parece que el niño sí creció: No tienes más que mirarle la 
nariz. Tiro porque me toca y te toca mi casilla. Juventudes Libertarias 
antes de aprender a mentir. Diluvio de hormonas. I’m bilingual, pero lo 
que quiero es tu lengua, y salir de casa, y no parar de reír. El primer 
polvo, la primera bronca y el suicidio como plan de futuro. Me siento 
nadie, de apellido ninguno. Muy bien, pero, ¿que si ciencias o letras? 
Habrá que ir a la facultad. Y no dejar de fumar, y cambiar el ron por la
 ginebra, y aprender a engañar a las tías buenas, y dar la vida por los 
colegas. Tercios de Heineken a 20 duros, yo no sé qué es eso del futuro y
 un “¿en qué puede ayudarle?” cubre los gastos del viaje del segundo 
París. Recuerdos de otro Interrail. Planes de boda que los dos patitos 
joden sin piedad. Órale wey, ¿qué onda? Las penas pasan con hierba y el 
tiempo pasa sin más. ¿Qué era eso de hacer el amor? Róbala un sueño, 
coño. Con un poco de suerte hasta aprendes a follar. Borges en el 
laberinto, la estantería llena de clásicos y tú perdiendo la tarde en el
 ordenador. Su teléfono comunica y tardo una eternidad en mandar un puto
 mensaje con este trasto del infierno que un pendejo llamó ‘one touch 
easy’. La crisis... ¿de los ventiqué? Curri por aquí y curri por allá...
 seis meses y da las gracias por firmar. No escribo para publicar. 
Escribo para ti. Y tú pasas de mí. Cabrona. Reinventarse y teclear. “Por
 lo visto”, leo, “uno puede declararse hombre”. No elegí mi nombre, pero
 firmo como ¿?. Hala, a deportes, quién te lo diría, ¿tu nombre era Ana 
María? Excuse, Mr. Hiddink, ¿how u feel...? Venga va, una de 
oposiciones, curro fijo y basta de preocupaciones. Empieza a empapelar 
tu casa, pesca pecados en el lago helado de los inviernos de Madrid, y 
¿tienes algún plan?, ¿una de pintxos y txacolí? ...sí, y también 
aprender a madrugar, e ir a nadar y no decir siempre que sí... búscame 
cuando la luna mengua, niña, que quiero que tus labios ensucien mi 
lengua. ¿Hay algún plan? ...bueno, siempre quedan brindis por los que 
brindar, y tengo suerte de no haber nacido en Irán. ¿Nos vemos esta 
noche, chikitín? En cuanto salga del curro saboreamos el caramelo amargo
 de vivir... cuando maúlla la pantera, amanece en el jardín... De la caza al sueño, el camino pasa por ti. El 
lenguaje es una frontera. Acabo de contarte mi vida. Y no te has enterado de nada. O sí. Y qué.