25 abril, 2011

Síntomas de inconsciencia (XI)

Despertarse de la siesta a las 22:30.

Cenar una tortilla de 4 huevos .

Fumar en pipa por falta de existencias.

Planchar camisetas y recuerdos.

Reinventar un tinto de primavera.

Escuchar postales de Beirut en secreto.

Romper el corazón de una piruleta.

Quemar la ciudad con un mechero.

Recoger versos dispersos por la mesa.

Lavarme los dientes con lavanda y romero.

Calentar los pies fríos de tu ausencia.

Escribir lo que no debo.

Servir una copa de bridas con ginebra.

Dibujar tus bragas blancas en el cuaderno.

Vencer al dragón que aflora en una fresa.

Leer un poema sin fronteras.

"Entre tú y yo," -repaso- "siempre impidió un nosotros esa puta Y griega".

"Lo hemos matado y rematado", leo.

Buenas noches. Echo el cierre en el desierto.

Mañana seguimos en guerra.

Discúlpame, morena, si hasta entonces no despierto...


...Solo quise
decirte -y me han salido dos acantos
y dos tristes- que nada
hay para mí más bello que el ver que estás alegre
y viva.

(Aníbal Núñez)

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