No siempre es fin de verano. Por eso hago mermelada de higos. Para invitar a la Reina de la nieve. Para presumir en primavera frente al destinatario de Werther.
Y beber un licor seco y aguardentoso con cada guiño mentiroso del cíclope de la noche.
Y morder. Y llenarme la boca. Mmmmmm... Untando higos.
-Gracias- Está, invitad@. Cuando guste.
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