Cada mañana, ventanas cerradas
en la oficina gris de mi rutina.
Post-its de un amarillo pálido,
un calendario poblado de cruces,
Gil de Biedma plagiado en el barniz de la mesa,
papeles, cables, notas, fechas,
anuarios, registros de salarios, un dossier,
firmas y tinta, fotocopias, café,
una agenda con garabatos, sobres,
bases de datos en la red, espejos sin imagen,
¿en qué puedo ayudarle?
Otra vez
lunes, martes,
miércoles,
jueves (¡Jaime!)
viernes,
lunes… martes…
...abro el ordenador y tecleo mi nombre...
…por lo visto (leo) es posible declararse hombre.
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