Eso leo en Antigua Vamurta.
Merece la pena ponerlo a prueba. Aunque sea sólo por el pequeño instante de placer que conecta el paladar y la región de Wernicke.
Aunque no sea perfecto.
La Pantera (Jardin des Plaintes. París).
Su mirada, cansada de ver pasar
las rejas, ya no retiene nada más.
Cree que el mundo está hecho
de miles de rejas y, más allá, la nada.
Con su caminar blando, pasos flexibles y fuertes,
gira en redondo en un círculo estrecho;
al igual que una danza de fuerzas en torno a un centro
en el que, alerta, reside una voluntad imponente.
Algunas veces, se alza el telón de sus párpados,
mudo. Una imagen viaja hacia dentro,
recorre la calma en tensión de sus miembros
y, cuando cae en su corazón, se funde y desvanece.
Rainier Maria Rilke
1 comentario:
Buenas,
Es una preciosidad de poema, la forma y contenido perfectamente enlazados.
Una metáfora de muchas otras, y de nosostros mismos, y de la soberbia del hombre. ¡Qué decir!
Saludos.
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