Eran dos ángeles al mediodía:
románticos valientes e ignorantes
adolescentes para los que "antes"
o "más tarde" PRESENTE parecía.
Raptados por la luz de lo fugaz,
fue belleza la verdad un instante
-arrebato de eternidad amante
en el crisol de carne del solaz-:
Saliva y sudor frente a lo incierto
por el albear que el sistema niega,
el arma del placer contra la siega
en la trinchera del vivo-no-muerto:
Contra el cantar-fusil de las sirenas,
dos ángeles (moreno VS. morena), rompieron sus cadenas.
Angeli, de mi idolatrado y mi Don romano, Lorenzo DeLuca
1 comentario:
gracias a ti por escribirlo y compartirlo.
(y también por tus comentarios, que siempre, siempre me acaban haciendo sonreír)
un abrazo fuerte.
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