20 julio, 2012

viernes

Eran dos ángeles al mediodía:
románticos valientes e ignorantes
adolescentes para los que "antes"
o "más tarde" PRESENTE parecía.

Raptados por la luz de lo fugaz,
fue belleza la verdad un instante
-arrebato de eternidad amante
en el crisol de carne del solaz-:

Saliva y sudor frente a lo incierto
por el albear que el sistema niega, 
el arma del placer contra la siega
en la trinchera del vivo-no-muerto:

Contra el cantar-fusil de las sirenas,
dos ángeles (moreno VS. morena), rompieron sus cadenas.




Angeli, de mi idolatrado y mi Don romano, Lorenzo DeLuca


(A modo de agradecimiento,
por ser los eslabones de este blog:
A La Chaos, Aina, Hilia y Alice)


1 comentario:

h i l i a n d o dijo...

gracias a ti por escribirlo y compartirlo.
(y también por tus comentarios, que siempre, siempre me acaban haciendo sonreír)

un abrazo fuerte.