hablamos de nosotros.
Estás descalza,
con un brillo en el labio
y la espalda
recogida
como un ovillo de mármol.
Tengo en los ojos el mar y un velero,
el humo blanco baila
con mi dedos, - ¿Y si vivimos juntos?,
respondes callada,
con un reguero de besos. – Mañana no curro.
Dan las doce en el reloj del mundo.
Se citan los vermuts
en el bar de ninguno
y los portales del barrio
predicen el futuro
en la mecha de un juego de petardos.
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